Pote prehomeopático |
Como tengo una lengua que me pierde y soy persona generosa, empezaron a aparecer comensales por doquier. Pero bueno, más o menos con lo que tengo y alguna tortu que otro (nota: Masa de harina de maíz frita en aceite muy caliente) pues lo arreglamos para comer. Pero hete aquí que me llegan noticias de que dos comensales se autoinvitan. Poco a poco la desazón me empieza a invadir, veo que no tengo suficiente para todos. Desesperado, miro en la nevera y no es que tampoco haya demasiado que ofrecer, cuando de repente una idea cruza mi cabeza cual caballo al galope. ANA MATO . S í. Nuestra Ministra de Sanidad me ha dado la solución. ¡¡¡Han aprobado los preparados homeopáticos!!! En nuestro Gobierno tenemos a la gente más preparada del país ¿Verdad? No lo duden. Y jamás de los jamases nos mentirían. ¿Quien puede dudar de su honradez, su rectitud, su compromiso?
Ufano me dirijo a la cocina a poner remedio al problema, así que cojo mi otra olla (sí, tengo 2, que pasa) y divido el pote entre ambas y las lleno de agua hasta arriba. Bueno, no es que sea un 1DH pero tampoco hay que ser tiquismiquis. La socusión. Joder con la socusión, agitar 10 veces hacia arriba, 10 hacia abajo y 10 a izquierda y derecha me ha destrozado. Que cada cacharro hasta los topes pesa lo suyo. Qué dolor de brazos. Pero todo sea por dar de comer a mis amigos. Espera ¿que digo amigos? Joder, si con este sistema tengo pote para siempre, ¡infinito! y cada vez más potente. Me voy a jartar. (OJOCUIDAO. PENSAMIENTO LATERAL: ¿No sería así como Nuestro Señor Jesucristo hizo el milagro de los panes y los peces? ¿No será El Primer Homeópata? Habrá que investigar)
Espero tranquilamente el tiempo de cocción y voy a probarlo, como buen cocinillas. Decepción. Está como un poco aguachirri. Algo habré hecho mal, sin duda. Seguramente sea que no hice bien la disolución. Pues nada, a iniciar el proceso otra vez. Así que saco todos los tupers y cacharros que encuentro para vaciar las ollas y empezar de nuevo, no es cuestión de tirarlo; eso sí, la cocina es un cuadro de cacharros rebosantes. Me pongo a repetir el proceso, pero esta vez bien, cuidando las proporciones. De verdad, la socusión me va a matar, que uno ya no tiene años para estos esfuerzos, pero bueno. Al abrir las ollas de nuevo la decepción ataca con toda su furia. Esta vez acompañada de lágrimas. Una especie de agua sucia con alguna hoja de berza y algún triste y solitario grano de chorizo me dirigen suplicantes miradas rogando que acabe con su vida. PERO SI ESTO NO SABE A NADA. ¿DONDE ESTA MI GLORIOSO POTE? ¿COMO DOY DE COMER A MIS INVITADOS? ¿QUIEN COÑO VA A LIMPIAR TODOS LOS CACHARROS QUE TENGO SUCIOS?
No lo entiendo, de verdad. Si lo hice igual que lo hacen los homeópatas, paso por paso. ¿Cómo es posible entonces que sus preparados funcionen y no funcione en mi pote? ¿acaso la memoria del agua se está riendo en mi cara gastándome una broma? ¿Y si mi adorada Ana Mato y el Gobierno nos engaña? ¿Y si resulta que la homeopatía es un timo y no funciona? Soy un auténtico mar de dudas, tembloroso, imaginando cómo dar de comer a mis amigos con el desastre que tengo montado. Supongo que no me queda más remedio que llamar al chino como única solución, porque como todo el mundo sabe, su antiquísima y milenaria tradición medicinal sí funciona. ¿Verdad? ¿VERDAD?
Resultado final, no homeopático. Obvio |
Un aporte sobre homeopatía...
ResponderEliminarUn remedio homeopático es tan curativo como el agua bendita, pero puede ser mortal / Luis A. Gámez
http://pharmacoserias.blogspot.com.es/2013/12/un-remedio-homeopatico-es-tan-curativo.html
Gracias por el aporte Fernando. Y por la frase de Luis Alfonso
EliminarUn saludo