Las revueltas que se están sucediendo en Egipto, y que primero se produjeron en Túnez me llevan a una serie de reflexiones, a ver que algo se mueve y algo está cambiando.
Casi todo el mundo coincide que se ha producido un pistoletazo de salida con lo sucedido en Túnez, y parece que no sólo será Egipto el único país que se contagie, sino que probablemente sean algunos más los que sigan el mismo camino.
La importancia de internet se está relevando como fundamental. Los gobiernos poco a poco están perdiendo el monopolio y control de la información. Antes, los diversos gabinetes de prensa intentaban controlar la información, ya sea mediante control directo de los mismos, o utilizando sus influencias. Se mandan mensajes dirigidos o se silencia información relevante. Ahora, la gente puede informarse de manera directa y por canales alternativos, que están fuera de ese control. Asímismo, a esta enorme cantidad de información se le suma que mucha gente de estos países tienen amigos y familiares viviendo en Europa, por lo que se interesan en lo que sucede en ellos y les llegan noticias directamente y sin filtros. El sueño que tienen no se limita a la búsqueda de una mejora económica, se le suma un ansia de libertad de la que no disfrutan.
La población de estos países cada vez es más culta y educada, están poco a poco accediendo a más conocimientos, y cada vez están más interesados en crecer, en todos los aspectos. Y cualquiera que haya viajado al norte de Africa puede comprobarlo.
A pesar de estar escuchando constantes mensajes de los peligros del integrismo islámico, hasta el momento no han tenido ninguna relevancia ni presencia en estas revueltas. Uno de los argumentos de estos dictadores a la hora de mantenerse en el poder, es que siempre se presentan como un parapeto ante el integrismo, haciendo creer que sin ellos, serían quienes gobernasen. Se está viendo que es todo lo contrario. Las revueltas no son en nombre de Alá ni de un Jihad. Y eso es una gran noticia, porque la gente perderá el miedo a enfrentarse a ellos dentro de sus propios países.
Las declaraciones tibias de los países occidentales vuelven a ser un claro ejemplo de ambigüedad. Se apoya a los manifestantes sin condenar a los dirigentes de los países, y el mejor ejemplo de ello es lo que está sucediendo con las declaraciones tanto de Obama como las que surgen del Gobierno de España. Se busca estar con las dos partes a la vez, a la espera de ver quien sale victorioso, no sea que puedan perder su influencia ni que sus intereses se vean afectados. Como siempre, la defensa de la democracia queda por detrás de otro tipo de intereses.
En clave más local, el tratamiento de los medios informativos en España ha sido absolutamente nefasto y a todas luces insuficiente. Estamos ante unos movimientos que dentro de poco veremos reflejados en los libros de historia. Pero es mejor que no remover a la gente, no vaya a ser que aquí a la gente le de por protestar también. Es el mejor ejemplo de cómo adormecer a una sociedad.
Los jóvenes, siempre son los jóvenes los que inician estos movimientos. Y que siempre sea así.
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